Una Ciudadanía resignada a la corrupción es una ciudadanía fracasada.

Una ciudadanía resignada a la corrupción es una ciudadanía fracasada

El derecho de acceso a la información pública gubernamental es la prerrogativa que tiene cualquier persona física o moral, nacional o extranjera, de acceder a la información pública gubernamental, sin necesidad de acreditar interés alguno o justificar su utilización, y sin más limitaciones que las expresamente previstas en la Ley. Aunque cabe que señalar que la transparencia limitada jamás será totalmente transparente, mas bien será como un cristal tatuado con esos puntos oscuros donde sabemos que descansó la mosca.

La transparencia y los instrumentos concretos que reconocen al conjunto de la información pública y accesible a toda persona de manera expedita, es un criterio de modernidad política y una manera de medir la evolución de la democracia.

La transparencia se define como el conjunto de normas, procedimientos y conductas que definen y reconocen como un bien de dominio público toda la información generada o en posesión de las autoridades gubernamentales o por las del ámbito privado que utilicen recursos, ejerzan funciones o sean del interés público. La transparencia se sustenta en el derecho a la libertad de expresión e información.

Un acceso eficaz a la información pública asegurará a la ciudadanía que esté más cerca de los organos e instituciones estatales, que pueda controlar sus decisiones y actuaciones, que trasnparente el desempeño de la función pública y que se demande la rendición de cuentas pronta y cumplida.

Hay quienes aseguran que la transparencia ha avanzado bastante en México con lo que se ha contribuido a la modernización del Estado y sus instituciones, junto con el ciudadano como observador directo de los procesos gubernamentales.

No obstante nos preguntamos: ¿Cuál es la capacidad del ciudadano para corregir lo que estima indebido o inadecuado? y ¿Cuál el rol del observador que accede a la información pública, una vez conocida la información? Es una pregunta que evidencia el vacío acerca de nuestra democracia, pues se carece de los instrumentos necesarios de control hacia los gobiernos e instituciones en los procesos de toma de decisiones, incidencia y corrección de las fallas.

Por eso es común que los gobernantes sugieran a los ciudadanos inconformes que si no les gusta el gobierno o la manera de administrar, que se quejen y voten por otros en la próxima elección, como si eso resolviera el problema. O también como la situación tan visible y que de nada nos sirve saber: los exorbitantes sueldos que perciben los funcionarios, cuando como ciudadanos carecemos de los mecanismos regulatorios para evitar que así sea.

Hablar de transparencia no es otra cosa más que hablar de que el Estado no ha cumplido con su finalidad, porque si no atiende su razón de ser, simplemente es corrupto y sus ciudadanos por lo tanto también lo son, es más ni siquiera son ciudadanos: son una masa de gobernados sin Estado.