El legado de la GUERRA en la cultura de Guatemala


El legado de la GUERRA en la cultura de Guatemala

Ayer en el bar Europa: con Bernardo conversamos bastante, habló mucho. Me comentó sobre su trabajo en el ministerio de cultura, de la muticulturalidad, de la burocracia, de los cuatro pueblos y los Acuerdos de Paz, de ahí nace mi reflexión:

El actual gobierno, se autodenomina socialdemócrata y dentro de su performance decidió la inclusión de los 4 pueblos: Garifuna, Xinca, Ladino y Maya, como reconociendo su existencia, como siendo incluyente y sobre todo como la burla de la indeferencia. Y Como si eso fuese el gran secreto, la fórmula milenaria para gobernar estas ingobernables tierras. A mí esto me suena más a publicidad, a venta de productos mágicos para noctámbulos que a otra cosa. Pero aquí se está o dormido o reprimido, es por eso.

La huevada de la política cultural en Guatemala, no es más que puro güeveo (robo) y parálisis cultural, que se reivindica con bailables y marimba para animar los eventos de los diputados y ministros. Al ministerio de cultura, hay que escribirlo con minúsculas para describirlo tal cual es, no por ser el ministerio más joven del país, sino por ser el más disfuncional, el más burdo, obsoleto y anacrónico de este Jaguar Sedado y Sediento – esta imagen del jaguar es la que para mi mejor representa a Guatemala - .

Dentro de las enormes canalladas que nos dejó la guerra en Guatemala, está el concepto torcido de multiculturalidad en los inútiles Acuerdos de Paz, concepto falto de procedimientos, concepto esnobista de aquellos que dicen haber luchado por la libertad en el país, pero que se fueron de él y que retornaron para servirse del botín. Me refiero a aquellos de esa izquierda insurgente, inconciente e inconsistente, bola de saqueadores que tomaron las armas o simularon tomarlas para vivir en el hedonismo del poder. Por eso a mi esa izquierda aquí como en todos lados me da asco.

Hablar de multiculturalidad es hablar de segregación, de la no aceptación del otro. Un ministerio de cultura que se rige en la multiculturalidad, hace de todo menos cultura (y mucha burocracia). Así que tenemos a los cuatro pueblos reunidos en este ministerio peleando por el bailable, el textil o la musiquilla precolombina, que no representa la actualidad sino el pasado, que no fomenta la creación sino la opresión, congelando un legado milenario que ni siquiera a sus mismos defensores representa en cuanto a cosmovisión y argumentación actual.

Hablar de cultura y de arte por medio de la multiculturalidad es una falacia, pues el arte y la cultura en si son diversas, la diversidad no puede estar ausente en el ámbito de la cultura, jamás lo ha estado.

A mi parecer esto de la marimba, la danza del venado y el textil son temas que deben de ser trabajados y resguardados por museos e instituciones especializadas en el resguardo y restauración de los elementos históricos. Y el ministerio de cultura debería ser la entidad dedicada a creatividad nacional, a su fomento, difusión y patrocinio. Pero no es otra cosa que el campo de batalla donde se aglutinan (aglutinaron) las áridas peleas históricas e histéricas de las etnias del país, en nombre de la democracia, claro de la democracia reducida al voto cada 4 años -porque esa inclusión excluyente no es otra cosa más que el resultado de la compra de conciencias-.

La lucha armada, derivada de los colonos de estas tierras, jamás fue en si misma una lucha de las etnias indígenas, a pesar de que fueron usadas (manipuladas para tener legitimidad) como agrupamientos armados y como estandarte romántico para una batalla por el poder (más poder).

Aquí los altos mandos del ejército y de las guerrillas eran colonos y mestizos, los guerreros en ambos mandos los indígenas campesinos, a quienes les crearon una falsa conciencia de si, situación aun viva y evidente.

Por eso cuando se firmó la paz, porque nomás se firmó mas no se consolidó, si se hubiese consolidado esa dizque guerra y esa dizque paz defensora de las causas indígenas: este país hoy seria otro. A raíz de esta gran estafa que fue la guerra, es que se empezó a politizar el concepto multicultural como una batalla más, como una aparte y sin recursos, el motivo: los indígenas del país en su mayoría fueron usados por estos grupos de poder, por estas izquierdas de mierda para viajar, para ser protagonistas, ser victimas, vivir como héroes y para vivir becados en la coyuntura internacional de aquel mundo bipolar. Y claro firmada la paz, redistribuido el poder entre los mismos, quedaron los inditos sin armas, huérfanos, mutilados, sin tierra, desprotegidos, sin salud, sin educación, sin empleo, sin comida, llenos de muertos, sin esperanza, destrozados, sin lucha y sobre todo sin victoria.

Y por ello ahora los lideres de esas izquierdas de mierda, les crearon su guerra, su campo de batalla (que se vuelvan a matar entre ellos) y su trinchera: la multiculturalidad – en este caso me refiero a la aglomerada en un ministerio: el de cultura, porque el problema a resolver ahora no es la pobreza, no es la desigualdad: es la cultura (la no aceptación del otro) y ahí esta su campo de acción, claro la cultura concebida como textil, bailables y marimba, no como calidad de vida-.

Este es el legado de la guerra en la política cultural de Estado, es decir: más guerra.


Gerardo Hernández Ciudad de Guatemala