La izquierda viendo hacia la izquierda (internacionalización de la acción).


El retorno de la bipolaridad no es que sea evidente, porque la bipolaridad nunca desapareció, lo que es evidente es la reactivación de las acciones, al ya no ceder, repensar, reorganizar y al reagruparse las posturas y postulados que en la historia reciente, no sólo polarizo al mundo en comunistas y capitalistas, que desgastó económicamente y humanamente naciones, erradico pueblos de los mapas, generó éxodos, persecuciones entre hermanos para culminar en la negociación sin frutos, el adormecimiento. Ahora vemos el replanteamiento, el vigor y la nueva reacción.

Ya está comprobado que las armas no sirven, que sólo hacen que ambos bandos de debiliten y que la sociedad padezca situaciones, crueles, duras e innombrables. Ahora se es más político y menos armamentista. Sin ser sanguinarias las nuevas izquierdas han empezado la movilización. La lección de las izquierdas armadas fue cara y cruel para los civiles (porque ellos ya sabían qué sucedería), pasarán 4 generaciones (80 años) para dejar los vestigios de la guerra atrás: la marginalidad y el resentimiento, es cierto. Esto no es revancha, no hay venganza: hay convicción.

También hay que aclarar que las guerrillas no fueron o son en algunos casos de izquierda, simplemente son guerrillas. Izquierda y guerrilla no es lo mismo, muestra de ello han sido las guerrillas centro americanas, que después de las respectivas firmas de paz, se integran sin mayor pudor a los gobiernos de derecha, gobiernos come niños o de lo que sea pero que no son de izquierda: son simplemente los gobiernos de los insaciables.

Un movimiento de izquierda no es lo mismo que un movimiento guerrillero y tampoco es más fácil, está claro. Así como tampoco es adecuado que los partidos políticos de izquierda no volteen a ver a los más radicales, a los insurgentes, puesto que su mandato es la convergencia, el cabildeo, la mediación y la representación social. Por lo tanto quienes se acerquen a estos grupos no deben y no tienen porque ser satanizados como terroristas ni enemigos del Estado, sino lo contrario.

La experiencia demuestra que una población armada es una población con miedo. El reto de la izquierda es manejar ese miedo de la manera menos violenta. Así como la izquierda tampoco deberá ni podrá ser imperialismo disfrazado de pueblo.

Las izquierdas viendo a las otras izquierdas, es lo mejor que puede pasar. La izquierda no es comunismo y el comunismo jamás fue amenaza, fue el pretexto, así habrá que entenderlo, como también habrá que entender que la nueva izquierda no es neo comunista, ni guerrillera. Es una necesidad social y es política, es argumento, son planes y acciones específicas, coherentes y coordinadas.

Hay que entender las diferentes vertientes sociales específicas que conforman a las diversas izquierdas, claro, para no confundirlas o enmarcarlas en causas como lo es por ejemplo el movimiento indigenista que no por ser indigenista es un movimiento de izquierda, es un movimiento étnico, que en algunos casos tiene su vertiente de izquierda. Por ello la izquierda la veo como convergencia y reivindicación, y por lo tanto la izquierda ahora es una lucha por la universalización de los derechos humanos, por la efectividad del Estado.

Ahora, los gobiernos y partidos políticos de izquierda del mundo, de América Latina por muy pequeños que sean o seguros que se sientan en lo local deberán ver a las otras izquierdas, a las que tienen su campo de acción en otras naciones, respetando su soberanía. Pero apoyando y aportando a aquellos proyectos reales, intercambiando visones, experiencias, técnicas y prácticas: fortaleciéndose unas a otras.

Y por eso no se deberá trabajar de manera aislada ni excluyente. La lucha de la izquierda es política pero en si es humanitaria, razón suficiente para voltearnos a ver, actuar y darnos la mano.

Hoy para terminar: la paz no puede estar caracterizada exclusivamente por la ausencia de conflicto armado.

Gerardo Hernández Ciudad de Guatemala