En Estados Unidos y en Europa son consideradas perversas tolerables, personas que incluso pueden ser buenas vecinas. Acuden a los programas de televisión, donde se pelean entre ellas como si fuesen divas de Hollywood; opinan de política, asisten a seminarios de psicoanálisis. En Estados Unidos, para poseer una cuantiosa bibliografía de verdadero maníaco, ni siquiera hay que comprar los libros por correspondencia o internet: basta entrar en cualquier librería. Allí se explica cómo ser "felizmente decadentes", o cómo adiestrar al propio partner con las mismas técnicas con que se adiestra al mastín napolitano que custodiará nuestra casa. Una de ellas, a los sesenta años, se hizo famosa por haber visto morir de un infarto, durante una sesión, a un cliente al que había atado como a un matambre. Después del escándalo, tuvo más clientes que antes. Pasó a ser, en sentido literal, la mujer "capaz de hacer que se te pare el corazón".
fragmento : Guillermo Piro